Este fin de semana estuve disfrutando de la hospitalidad lucense a raíz de mi participación en In Lugo 2014 como ponente. La experiencia fue sumamente enriquecedora gracias al gran nivel del resto de participantes y a la impecable organización del «equipo maravilla» de Interqué.

Dada mi experiencia profesional reciente en Mujer hoy y mi trayectoria en Twitter desde sus inicios, me tocó hablar de la relación entre famosos y esta plataforma de microblogging. Además de analizar cómo y para qué la utilizan, quiénes son los más seguidos y quién tuitea en sus cuentas oficiales, me propuse dar algunos consejos para convertirse en un buen tuitero o tuitera que me parece interesante compartir también aquí.

10 reglas para ser un buen tuitero o tuitera

1- Lo bueno, si es breve…
Para que cause impacto y sea leído y compartido, es importante construir un buen tweet, claro y conciso.

Twitter es el reino de la síntesis, de las ideas condensadas y las reflexiones rotundas. Hay que aprender a resumir, a quitar palabras sin restar sentido. Hay que evitar adjetivos innecesarios, buscar sinónimos más breves, esquivar palabras obvias, en definitiva, aguzar el ingenio. Cuanto más usa esta plataforma, mejor se hace todo esto.

Y hay que ahorrar caracteres. Sí, me diréis, los famosos 140 que tienen como máximo los tweets. No, os respondo. Me refiero a usar aún menos, 120 aproximadamente («el tweet perfecto»). Así se deja espacio para el retweet y para que, quien lo haga, pueda incluso añadir alguna palabra de su propia cosecha al compartir tu contenido.

2- Sé original, sé útil.
Tuiter de todo y nada no te hará popular en Twitter. Concéntrate en tus pasiones y en tus áreas de interés, comparte tu conocimiento y tus hallazgos. Aporta valor y serás valorado.

Además de definir tu rol y tu aportación, trabaja en definir tu voz, tu tono, te hará único/a.

3- Cita.
Sé legal. Cita siempre a tus fuentes, menciona dónde has leído o visto cada cosa, igual que a los autores de los artículos que compartes.

No tengas miedo a nombrar y enlazar a otros. Twitter es un ecosistema de ida y vuelta, en el que la información, pero también la influencia, circulan como el aire y construyen puentes invisibles.

4- Diálogos, al whatsapp.
Twitter no es un chat.

Responde cuando te hablan o pregunta cuando lo necesitas, pero sin convertir tu timeline en una charla entre dos o tres, ¡resulta tremendamente aburrido para los demás!. Si necesitas conversar con alguien, usa los mensajes directos para entrar en contacto y luego sigue a través de whatsapp o de algún programa de chat.

5. Explora, aprende, aprovecha.
Mensajes directos, listas, alertas de seguimiento, búsquedas, hashtags, bloqueos, trending topics…. conoce la herramienta, dedícale algo de tiempo a la configuración de tu perfil (es importante el avatar, más de lo que crees, y también tu breve descripción) y de sus funcionalidades. Así le sacarás el máximo partido a Twitter.

Y no tuitees solo texto, o no siempre texto, comparte también material audiovisual: fotos (esos tweets son los más compartidos) o vídeos, para lo cual puedes utilizar la propia herramienta de Twitter, Vine.

6- Mejor timeline, mejores tweets.
Es muy importante a quién sigues. Si eliges bien a tus contactos, estos se transforman en fuentes de gran valor para atender a tus intereses y redundarán en tu favor, pues enriquecerán tu propio desempeño en Twitter.

Dedica tiempo a buscar a la gente, o marcas o medios, que te aportan valor y sígueles sin miedo. Es bueno seguir a otros, se trata de escuchar y no solo de acumular seguidores que te escuchen a ti.

7. #hashtags…pero en su justa medida
Utiliza los hashtags o etiquetas para sumarte a acciones promovidas en twitter o a los trending topics. Todo evento hoy en día tiene su hashtag predefinido. Ni que hablar de los programas de televisión, para la llamada «TV companion» (tuitear mientras se mira la tele, ¡quién no lo hace!).

Pues bien, úsalos. Es la única manera de que te encuentren quienes están interesados en esos temas al hacer una búsqueda. Puedes ser descubierto por gente que de otra manera no habría llegado a tu perfil.

Eso sí, no tuitees en hashtags. «Me voy a París #happy #familytrip #inlove #holidays #shoppingtime #France #becauseIdeserveit»….pufffff, no lo leo…o puede que incluso sea el tweet final y deje de seguir a su autor.

8. Dámelo hecho.
Parece obvio, pero no siempre lo es. Si mencionas una iniciativa o comentas un artículo, incluye siempre en tu tweet el enlace correspondiente. Facilítame la vida, no me hagas buscar en Google lo que cuentas para enterarme qué es exactamente o por qué dices lo que dices.

Pero tampoco tuitees enlaces sin añadir ninguna palabra. Dame contexto, dime si vale la pena, por qué te ha gustado, qué debo mirar, qué me ofreces. Y acorta las url con el acortador de twitter, bit.ly, o con cualquier otro. Ganarás caracteres (punto 1) y construirás un tweet más limpio y fácil de leer.

9. Revisa. ¡Piensa!.
Twitter es la red de la espontaneidad…meditada.

Date al menos unos segundos antes de darle a «enviar». Relee, que esté bien escrito, sin abreviaturas, con signos de puntuación, sin errores ortográficos y con tildes (¡un tweet no es un SMS!).

Y que se entienda, que diga lo que quieres decir, que cuente lo que estás seguro de revelar, que te la jueges -si toca- convencida/o.

Ojo con alimentar bulos, difamaciones, noticias falsas. Y piensa también antes de retuitear algo o a alguien, a menudo se interpreta como apoyo. Y le estás dando más difusión (don´t feed the troll).

10. Be a gurú.
Twitter tiene sus propios «famosos», son las “Twitter stars”, los más seguidos entre los anónimos, los que agitan la conversación tuitera con sus tweets y dan origen a muchos de los trending topics y polémicas.

Si de verdad estás decidida/o a ser popular en esta plataforma de microblogging, además de estas 9 recomendaciones te aconsejo tuitear mucho, quiero decir MUCHO.

Que tus palabras de cabecera sean «yo, mi, me» y tu vida un «no parar». No temas dar pronósticos o juicios contundentes sobre las cosas y las personas. Opina de todo como el mejor tertuliano de televisión. Y quéjate también mucho, a cada rato, con un poquito de indignación y bastante sarcasmo.

Pero sobre todo, créetelo. Es la única manera de que funcione, como para todo en esta vida.