Mario Benedetti es el paciente más famoso por estos días en el sanatorio Impala, de Montevideo. El poeta uruguayo, de 87 años, está hospitalizado debido a un cuadro de deshidratación provocado por una enterocolitis, afecciones ambas que a su edad revisten más gravedad que la usual.
Los medios de comunicación latinoamericanos recogen minuto a minuto lo que sucede en torno a la habitación de Cuidados Intensivos que ocupa el autor de Gracias por el fuego. Dicen que «está de buen ánimo, lee y recibe la visita de familiares y amigos», pero que todavía le restan unos días de recuperación para poder ser dado de alta.
Como ya he contado aquí, fuertes lazos que yo misma me até a la cintura y al corazón a partir de su literatura me unen a Benedetti. Lo que no dije que es además llevo por el mundo unas hojas escritas a mano y guardadas adentro del primer tomo de su Inventario poético. Contienen una entrevista que preparé hace años en Buenos Aires, tras lograr una promesa de cita veraniega (era invierno cuando hablamos así que el escritor, que huía del frío, estaba en España) a través de su representante y recibir el alegre beneplácito de mi entonces editor. Las circunstancias y los desencuentros hicieron que aquel ansiado encuentro jamás se concretara. Pero yo sigo acarreando con sus libros y con mis preguntas en el papel. Como un amuleto para su sana longevidad y mi esperanza.

Posts relacionados:
Cuando los escritores hablan

Actualización 28/01/08

La salud de Benedetti mejora. Por este motivo, hoy fue trasladado de la sala de cuidados intensivos a una de cuidados intermedios, donde se espera que termine de recuperarse para poder ser dado de alta en los próximos días.

Actualización 03/02/08

El escritor completó su recuperación y fue dado de alta.