Los escritores más jóvenes -obviamente, me refiero al espíritu- están combinando su labor literaria, tradicional, con la de blogger, nueva y experimental. En sus bitácoras personales hablan del proceso creativo; confiesan las repercusiones, alegrías y sinsabores de su oficio; dan cuenta de la actualidad del sector; se promocionan y promocionan a colegas amigos y aprovechan para «soltar pluma» sobre temas variados que les interesan.
Esta es una primera recopilación de blogs de escritores:
Moleskine literario, blog del escritor peruano Iván Thays (El viaje interior, La disciplina de la vanidad)
La bitácora de Gelman, blog del poeta argentino Juan Gelman
Bértigo, blog del escritor argentino Eduardo Berti (Todos los funes, Agua)
Pedro Mairal, escritor argentino homónimo (Una noche con Sabrina Love, El año del desierto)
Hotel Kafka, blog del escritor español Rafael Reig (Guapa de cara, Manual de literatura para caníbales)
Blog Javier Marías, escritor español (Corazón tan blanco, Mañana en la batalla piensa en mí)
Milanesa con papas, blog del escritor argentino Gustavo Nielsen (La flor azteca, El amor enfermo)
Blog de Marcelo Figueras, el escritor argentino (Kamchatka, La batalla del calentamiento) publica en elboomeran.com
Blog de Clara Sánchez, la escritora española (El palacio varado, Desde el mirador) también está en elboomeran.com
Blog de Jorge Volpi, el escritor mexicano (En busca de Klingsor, No será la Tierra) forma parte de elboomeran.com
Blog de Vicente Verdú, el escritor español (Cuentos de matrimonios, Días sin fumar) es otro blogger de elboomeran.com
Blog de Xavier Velasco, el escritor mexicano (Diablo guardián, Este que ves) lleva unos meses en elboomeran.com
Cuartientos, blog del escritor venezolano Slavko Zupcic (Barbie, Giuliana Labolita: el caso de Pepe Toledo)
Boreales, blod de la escritora puertorriqueña Aurora Arroyo (Ojos de luna, Los documentados)
Alberto Vázquez Figueroa, escritor español (Los ojos del Tuareg, Centauros)*
*Vázquez Figueroa fue, además, uno de los primeros autores en ofrecer la descarga gratuita de uno de sus libros, cuyo título es ‘Por mil millones de dólares’.
Posts relacionados:
El escritor 2.0
Libros de blogs
Blogs de famosos
Qué bueno! Esta lista sí que es útil. Hay muchos nuevos para mí. saludo
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Blog de Jorge Vestringe —> ciudadano.eu creo, 😉
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Qué bueno, ire a visitarlos. Gracias por la lista!
Podés agregar el mío http://www.nanimr.blogspot.com
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ah, qué bueno! cada link es un mundito en tu post de referencia. buena recopilación.
saludos.
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Me guardo el de Vázquez Figueroa. Cienfuegos es una historia que marcó mi adolescencia.
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Joder, Laura, hoy te has portado. Vaya recopilación buena que nos regalas. Saludos.
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Les recomiendo uno que visito bastante, es muuuuuuuuuuuuy bueno, y es de un escritor mexicano: El pájaro azul
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Hola laura! que buena lista..Alguno más debo tener por ahi para sumerte. Luego te lo paso!
Sí que estabas spameada en mi blog! espero no vuelva a suceder! Lamento por los comentarios de los otros posts 😦 esos se perdieron.
sls
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Qué listita Laura!
A Pedro Mairal lo leo en El señor de abajo, pero al suyo propio no entré nunca. Vamos a verrr.
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Muy buen post, che…
De verdad.
A veces es medio retorcido, pero a la larga el blog puede abrir puertas.
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Me alegro de que les haya gustado la listita y gracias por los aportes! Los incluiré en la segunda edición de este post.
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Buen listado de Blogs de escritores pero… ¿No te olvidabas de nosotros que hablamos de y para casi todos los escritores/as en un sólo Blog? 😉
Un saludo y hasta otra.
—
Eduardo C.
BlogEscritores.COM
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¡Me encanta! Es para tener en cuenta. Veo que no sólo a mí se me ocurrió.
¡Un saludo para todos!
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genial que los escritores tengamos espacio en la web; mas, falta que autoridades tomen en serio el peso del arte en la sociedad
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Muy interesante tu blog. Soy un escritor Venezolano y también tengo un blog donde publico mis obras, dale un vistazo.
Marco Tulio Gentile
http://www.marcotuliogentile.blogspot.com
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BOLETÍN DE PRENSA No. 01
Antes de creada la Internet la propiedad intelectual era rigorosamente respetada por editoriales, disqueras y demás empresas que dependían del talento artístico. Aparecida la web, sus propietarios se convirtieron en las únicas personas con licencia para violar todas las normas de propiedad intelectual. Muchas editoriales quebraron al igual que sus autores, pues tan pronto salían los libros al mercado su contenido aparecía publicado en blogs con editores desconocidos, esto desde luego con total complicidad de Google, que entre otras cosas estimula a crearlos. Google es el mayor pulpo de la piratería, y ha llegado la hora de que escritores, poetas y editores de libros tomemos cartas en el asunto. Google no se puede escudar en el pluralismo de la web para violentar descaradamente la propiedad intelectual. Se debe legislar al respecto, alguien los tiene que poner en cintura, pues Google se está convirtiendo en una amenaza para el talento artístico. Anuncio la creación de un sindicato de escritores de blogs, pues nuestro trabajo merece respeto. En el caso particular he visto como muchas de mis historias eróticas aparecen en diferentes blogs con títulos diferentes y omitiendo mi nombre como autor.
SALOMÓN BORRASCA
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Estimados amigos, me llamo Lydia Raque Pistagnesi, soy escritora y mi país es Argentina. Me gustaria enviarle mis trabajos.Tengo cinco libros editados
y tres para editar
Muchisimas gracias
L.Pistagnesi@gmail.com
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Que buena pagina, con muy buenos enlaces, me ha ayudado mucho siendo nuevo en esto, gracias
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Hola! solo quería pedir que me incluyan en la lista. Estoy llevando un blog con Tips para escritores , recabando recursos, tecnicas de escritura, estructuración del guión… Cosas que he ido encontrando y coleccionando.
Visítenme, los espero! S.
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América arde en poesía, se escuchan voces estimulantes como las de Ana Duquet, Rocío L’ mar, Cristina Chaín y Mary Sánchez que se proyectan con talento y estilo por medio de la web.
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Amigos los invito a dejar una huella en mi blog dedicado a los niños
http:// Lydia Raquel Pistagnesi blogspot.com
pòemas para niños
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Estás hablando de gente más que consagrada pero los que de verdad experimentan y además son bloggers …
Son escritores que que no miran al éxito, no les preocupa qué dirán, sino cómo expreso lo que necesito decir. A muchos no les conoce nadie o muy pocos comparado con los que tu apuntas en tu lista.
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Querías que te visitara, pero puede que no te gusten mis opiniones.
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La libertad de plasmar vidas sobre papel
Escritor vagabundo, libre, y realista. Escribir va mas alla de simples palabras, significados u ortografia; escribir puede crear un mundo, una vida, un tiempo y un lugar; cualquier cosa es posible para las grandes palabras. Un mundo en unas manos; la tinta narra los hechos para el papel recordarlo, manteniendo tantos parrafos, frases y oraciones vivas por siempre.
Visiten mi Blog..
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A ver si Agregaís el mío:
http://psicotecnopatas.com
PD: Opino que un blogger es un escritor.
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meteos en este!
http://notikethemovies.blogspot.com/
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hola mi nombre es Mía, yo quería recomendar un blog de una amiga y futura escritora, que está publicando su ultima historia, un relato encantador , que posee un toque real lo cual permite al lector identificarse con los personajes y sentirlos reales. Una historia muy linda que recomiendo completamente y que posee un toque real y cómico. Es una historia que recién comienza y que les va a gustar mucho. Agradecería si podrían dejar algún comentario o critica constructiva. El blog es: http://locaysincensura.blogspot.com/
muchas gracias
saludos
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El duelo, el amor, la creatividad, la locura y el psiquiatra,
vistos por el escritor y psicólogo vallisoletano
Gustavo Martín Garzo
Por José Miguel Pueyo, psicoanalista
Nuestra época, quizá más que ninguna otra, convoca al psicoanalista a destacar el acierto de algunas personas, que, como el escritor y psicólogo Gustavo Martín Garzo, entienden la sin igual aportación de Freud (1856-1939) al malestar del hombre en la cultura, al sufrimiento psíquico, y, en particular, al conocimiento de las psicosis.
De esta deferencia lo primero que quiero indicar es que no es política sino ética, y, por consiguiente, responde a lo que la práctica clínica enseña al psicoanalista. ¿Cómo renunciar a lo que la clínica muestra que es correcto para la salud y para la inteligencia¡ Sin duda se podría renunciar u obviar por desconocimiento de la metapsicología freudiana así como por factores afectivos, bien por ambas cosas. En cualquier caso, el ámbito familiar y el entorno sociocultural, sin excluir el académico en cualquiera de sus distintas formas de presentación, influyen decididamente en la conformación de lo que uno es, incluso en lo que uno puede dar de sí.
De ordinario esas influencias conducen a una persona a la calle del Medio Sujeto, ya que el otro medio, funda-mental y, por lo mismo, determinante de lo que pensamos, deseamos y hacemos, está excluido y aun censurado habitualmente por esas mismas influencias. Pero no cabe desesperar, al menos al que piense que siempre existirá el psicoanálisis. Para aquellos que no lo quieren así, por condición o elección, es evidente que perderán la oportunidad de saber que la clínica psicoanalítica, a diferencia de otras disciplinas del campo de la salud psíquica, no reconoce beneficio alguno en claudicar ante los preceptos de la moral, de esta o aquella moral filosófica o estrictamente religiosa; y a esas mismas personas tal vez les pasará por alto que nada peor, sobre manera para quien sufre el avasallamiento de una afección psíquica, que creer que todo está en los genes y en los neurotransmisores, o que los discursos religiosos, en sentido amplio, no son lesivos para la vida afectiva y la intelectual. No deja de ser curioso que esas y otras ideas se reproduzcan, incluso en círculos universitarios, cuando Freud mostró con todo lujo de detalles la función ética del psicoanalista fuera y dentro de la cura, o sea, en el psicoanálisis en extensión y en intensión; y después que Lacan (1901-1981) conceptualizara esa función como deseo del psicoanalista.
Pero no cabe extrañarse de que las cosas sean de esa manera; y esto a pesar del interés didáctico de algunos psicoanalistas, pues sabemos por Freud que el sujeto humano no quiere su bien, y que únicamente el dolor del síntoma puede hacerlo reaccionar a su favor. Ciertamente, a algunos psicoanalistas el deseo del psicoanalista nos mueve contra los intentos neuróticos de curación, así como a demostrar el motivo de la ingenua y no por eso menos perversa tendencia del hombre a un imposible goce por perdido para siempre en la más tierna infancia. Se puede comprender entonces que la ética del bien decir del síntoma que caracteriza a la práctica psicoanalítica sea el envés de los discursos de dominio y de la persuasión de los procedimientos psicoterapéuticos. Por sí sola, esta razón aconseja al psicoanalista contemporáneo a ser congruente con la responsabilidad epistemológica y política que su clínica le reclama; tanto más porque la omisión produciría equívocos indeseables en los que desean conocer qué ha dicho Freud y qué cosa es el psicoanálisis. No cabe pues displicencia con los trabajos que, de una u otra manera, se hacen eco de los descubrimientos del primer psicoanalista y de aquellos otros que pretenden presentar la luz que vierte el psicoanálisis a muy diferentes asuntos, como entiendo que es el caso de «El anacoreta y el psicótico» (El País, 20/2/2011. Opinión. La Cuarta Página) de este novelista vallisoletano.
Una película de Jean Renoir (1898-1979), aunque no cualquiera por tratarse de El río (1951), sirve a Gustavo Martín para presentar la primera de una serie de cuestiones que se propone despejar. Se trata de un asunto clínico importante, como es la pérdida del objeto estimado y sus efectos; y más concretamente el perjuicio que supone no hacer el duelo por una pérdida, así como el beneficio de sacar un clavo con otro clavo, como dice el sentir popular. Jean Renoir, basándose en una novela autobiográfica de Margaret Rumer Godden (1898-1979), muestra cómo una niña, de nombre Harriet, logra olvidar una pérdida afectiva por amor. Es decir, esta niña olvida a su querido hermano, que muere por la mordedura de una cobra, cuando se enamora, como sus amigas Melanie y Valerie, del capitán John, un joven mutilado de guerra, que visita la casa de sus padres, colonos británicos, que viven a las orillas del Ganges, cerca de Calcuta. En definitiva, el amor por el apuesto capitán habría permitido a Harriet olvidar a su hermano pequeño y compañero de juegos; por lo que a todas luces cabría concluir que el nuevo sentimiento amoroso operó un efecto reparador del dolor que le produjo la desaparición de su hermano.
El psicoanálisis descubre otras cosas, más importantes y sobre todo diferentes en la clínica del duelo. Hay que indicarlo así porque el problema, el primero de todos y aun principal, es que alguien podría entenderlo de otro modo, como sería imaginar que lo que descubre Freud es lo que dicen el cineasta Jean Renoir y escritor y psicólogo Gustavo Martín sobre la pérdida y el duelo, más aun porque este último cita al psicoanalista vienés en ese contexto y sin las aclaraciones pertinentes. El hecho cierto es que pese a la rigurosidad de los psicoanalistas en los temas que tratamos, algunas personas leen o escuchan a la medida del goce de su síntoma, o según su conveniencia consciente o inconsciente, como se dice; mientras que el deseo de saber del hombre, lejos de ser por naturaleza, como afirmaba Aristóteles (384-322), en ocasiones debemos incitarlo, o como decimos los psicoanalistas, histerizar al sujeto para que aparezcan síntomas que le preocupen y movilicen la demanda; estamos obligados en no pocas ocasiones a histerizar la anorexia de saber, que es tanto como introducir al sujeto en el discurso Histérico por ser la pregunta uno de los rasgos definitorios de este discurso.
Sirva esta digresión para subrayar que el amor, contrariamente a lo que uno y otro, cineasta y escritor, imaginan y/o quieren hacer creer, no cura. Es decir, Harriet no se cura por amor. Esta niña se cura, en el sentido de que supera la pérdida de su hermano, porque estaba predispuesta a curarse, predispuesta dado que su estructura psíquica le permitió hacer duelo por su hermano y transferir la libido a otro objeto. Por consiguiente, merced a la conformación de su estructura psíquica, ella no cae en la melancolía; aspecto que sólo a primera vista puede resultar obvio, pues nada mejor para introducirse con buen pie en este asunto que diferenciar el duelo, del duelo patológico y de la melancolía. Gustavo Martín ahorra demasiadas e importantes cosas al lector. Elude que el hermano de Harriet es para ella un objeto de duelo, ya que lo pierde por el trabajo del duelo; lo que no ocurre en la melancolía. Además, el melancólico no sabe lo que ha perdido con la pérdida, es decir, no sabe que representaba para él lo perdido. Sólo a posteriori, por la aparición de los síntomas de la melancolía sabemos que lo perdido era un apoyo fundamental y esencial de la estructura psíquica de esa persona. Por otra parte, el melancólico, a diferencia del sujeto supuesto normal, que como acabo de indicar está en disposición de hacer el duelo, delira. Y delira precisamente porque no ha perdido el objeto. No ha perdido el objeto en el sentido de que lo recupera en el yo, un yo que se escinde por esa recuperación; y el objeto, antes de amor, deviene objeto internalizado de odio, pero ahora contra el mismo sujeto. Tal como explica Freud en Duelo y melancolía, 1915 [1917], la melancolía se diferencia del duelo porque en el duelo la sombra del objeto perdido no cae sobre el sujeto, en esta ocasión sobre Harriet, y, por lo mismo, esta niña no sufre la escisión del yo cuando muere su hermano, y tampoco presenta los autorreproches y la pérdida global de la autoestima que caracteriza a las depresiones melancolizadas y a la psicosis melancólica. En resumen, el trabajo al que hoy dedico un poco de mi tiempo adolece de la necesaria discriminación del duelo, un afecto normal, respecto a la melancolía, una patología grave, y, por consiguiente, impide al lector advertir las diferencias básicas para comprender el cambio de objeto en el duelo y sus efectos; aspecto tanto más exigible por su relativa dificultad teórica.
Harriet hace el trabajo del duelo por la muerte de su hermano; razón por la cual no sufre el delirio de autorreferencia o de indignación que, en palabras de Freud, es la psicosis melancólica. Sin embargo, Gustavo Martín asevera que esta niña está amenazada por la locura. Lo cree así por la coincidencia temporal de su salida del jardín de la infancia con la aparición del amor y la visión del cuerpo dividido, que el lector debe suponer que es el del capitán John. Corresponde recordar aquí que no es loco el que quiere sino el que puede; poder que remite a la magra suerte que implica la forclusión del Nombre del Padre en el tiempo lógico del complejo de Edipo. En otras palabras, una persona puede sufrir síntomas psicóticos cuando alguien no ha metaforizado para él y en esa época el deseo del Otro que encarna la madre, que es tanto como no introducir la necesaria separación que define a ley universal del incesto en el Otro que nos habita, nombre lacaniano del inconsciente freudiano. Tal es la razón etiológica por la que una niña/o queda atrapada en la posición de objeto del capricho del otro, esto es, en la dimensión del goce ilimitado, infantil y narcisista que la mortificará en los síntomas, y que, por lo mismo, le traba el camino al placer que experimenta el sujeto supuesto normal en el campo del deseo.
La tercera cuestión que presenta Gustavo Martín tampoco es menor: ¿qué es la locura? El convocado en esta ocasión, y tal vez por eso, es Freud. Se nos dice que el concepto de enfermedad mental es demasiado acomodaticio porque excusa plantearnos su sentido y elimina la responsabilidad del sujeto. Sin embargo, esa idea es cuestionada por muchas personas, en primer lugar por todos aquellos que se han preguntado por el sentido y las causas de la enfermedad mental; y no es menos conocido que la psiquiatría trata la responsabilidad del enajenado sólo en términos jurídicos y económicosociales. Es en este marco donde aparece la idea freudiana del delirio como trastorno pero también como movimiento vinculado al saber y a la reconstrucción. Estas cuestiones quedan sin una respuesta adecuada por las impresiones a la hora de dar cuenta de la aportación psicoanalítica respecto al síntoma y a la clínica diferencial. Desde Freud sabemos que el delirio estabiliza el enjambre de los significantes del brote psicótico, pero eso sólo ocurre en algunas psicosis. La estabilización se reconoce en ese reagrupamiento de los significantes en el tema en la psicosis paranoica, en ese abrochamiento de los significantes con los significados que permite decir que todo sentido es paranoico. Tal es la estructura del tema de delirio; tema que cambia con la época y que en ocasiones sólo ocupa una parte del pensamiento, por lo que no tiñe toda la vida del paciente. Es Freud quien introduce en el campo de la psicopatología la diferencia entre el síntoma, siempre patológico y que habitualmente implica sufrimiento, y la estabilización que comporta para el psicótico su delirio; pero es Lacan quien lleva esa diferencia a su máxima expresión al acuñar el concepto de sinthome. He aquí lo que le faltaba a Freud para explicar la estabilización de psicótico en el delirio, esto es, le faltaba mostrar el cuarto nudo que estabiliza la estructura psíquica, el tripalium conformado por lo Real, lo Simbólico y lo Imaginario. El cuarto nudo que permite vivir al psicótico sin apenas fenómenos de esa estructura psicopatológica, fue la escritura y el ego narcisista en el caso del célebre escritor irlandés James Joyce (1882-1941), al que el psicoanalista francés dedicó su Seminario XXIII, Le sinthome, 1976-77; pero también puede actuar a modo de ese apaño que es el cuarto nudo: el deporte, el trabajo, el estudio, el dinero, una afición, la religión, una ideología, etc, etc, sinthomes habituales en una época como la nuestra, ya que en la postmodernidad, por el desfallecimiento de la Función-del-Padre y la caída de los grandes metarrelatos, desde el marxismo hasta algunas religiones del Libro, promueve psicosis ordinarias más o menos estabilizadas por esos y otros objetos, discursos y prácticas. Por último, no todos los delirios son restitutivos, como parece suponer este escritor, quien cita al que fue presidente de la Sala en la Corte de Apelación de Dresden, Daniel Paul Schreber (1842-1911), ya que el delirio de autorreferencia, esto es, el delirio melancólico, no es un delirio sistematizado y carece de los efectos restitutivos del delirio de la psicosis paranoica.
La ausencia de referencias clínicas y el desinterés por la estructura de las afecciones psíquicas es notoria en la psiquiatría actual, cuyos agentes yerran al creer que la evidencia, como verdad del sujeto humano y su patología, se encuentra en la fenomenología y en la cuantificación estadística. Esa psiquiatría es la del libro de cabecera del clínico moderno que se quiere científico, el DSM (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, de la American Psychiatric Association). Se trata de una psiquiatría que ha abandonado por completo la clínica y las razones de estructura, y que, por consiguiente, se agota en un conjunto cada vez mayor de nomenclaturas, que, lejos de su pretendida asepsia, encuentran su expresión práctica en la prescripción de drogas obnubiladoras o excitantes de la conciencia y en procedimientos psicoterapéuticos cognitivo conductuales. Contrariamente al psiquiatra de todas las épocas, este psicólogo vallisoletano muestra un acertado criterio clínico al apercibirse de que a diferencia de Harriet, quien pudo hacer el trabajo del duelo por la pérdida de su hermano y recobrar así la capacidad de amar; el capitán John no había perdido algo que sin duda era importante para él, su miembro amputado, razón por la que no pudo transferir la libido allí depositada a otros objetos de la realidad. En definitiva, por no perder algo, el joven capitán había perdido la capacidad de amar.
Esta enseñanza de Harriet y sus amigas acerca de la pérdida como condición de posibilidad de amar, permite a este escritor comparar el amor entre amantes con la psicosis, de lo que concluye que en los dos casos, en el amor y en la locura, existe una ruptura y discontinuidad con la realidad. Puede ser así en algunos casos. Sin embargo, no toma la buena dirección cuando afirma que mientras que la psicosis nos dice que nunca encontraremos en el mercado de los cuerpos el que perdimos, el amor nos dice que debemos arreglarnos con lo que nos ofrecen en ese mercado. Las imprecisiones, ambigüedades y generalizaciones conforman habitualmente ideas imaginarias sobre aquello que se pretende dar luz. En fin, el psicótico, aunque sería más adecuado hablar de las psicosis y precisar luego de qué tipo de psicosis se trata, aspecto que no parece preocupar a este psicólogo, no nos dice que en el mercado de los cuerpos no encontraremos el que perdimos. Este asunto invita a recordar que todos hemos perdido algunas cosas en la infancia. Pero lo que habría que destacar es que perdimos cosas necesarias para nuestra salud, como, por ejemplo, el abrazo materno en la dimensión del goce, un goce que aquel que no lo ha perdido lo sufre de muy distintas maneras en los síntomas. Perdimos la primera experiencia de satisfacción; y por aquel tiempo perdimos también el cuerpo real, o sea, el cuerpo desmembrado antes de la unificación imaginaria del mismo en la conocida desde Lacan fase del espejo. A esas pérdidas, que como acabo de indicar son necesarias para la salud, hay que añadir un trauma inicial, trauma que corresponde a un ámbito que nos espera desde siempre a que entremos en él: el lenguaje humano caracterizado por un significante en menos. Con eso tenemos que vérnoslas, en ocasiones porque la pérdida es necesaria, y siempre porque contra la falta de un significante en la estructura del lenguaje humano nada podemos, nada salvo trabajar en el vano intento de completarla. Tal es el motor de la creación, de toda creación humana. Por consiguiente, no está en su mejor momento intelectual quien imagina que el amor dice que debemos arreglarnos con lo que nos ofrece el mercado; y, por otro lado, habría que subrayar que la finalidad del psicoanálisis no es complacer al sujeto que nos demanda ayuda con una adaptativa sublimación. Y es que entre los discursos que oferta el mercado de la cultura se encuentra la religión, entre otras la que promete el goce absoluto y eterno tras la muerte, en suma, la religión que da sentido a la vida dándoselo a la muerte. La inteligencia, no menos que la salud, se muestra agradecida al saber que ese deseo traduce el anhelo de recuperar lo que los sujetos supuestos normales, a diferencia de los psicóticos, perdimos en la más tierna infancia, el conocido, también desde Lacan, objeto a, un objeto que por perdido para siempre se constituye en la causa del deseo humano, deseo que por la falta vive en perpetua insatisfacción, y que, en buena lógica, mueve al hombre a llenar la vasija de las danaides.
Sin apartarse del tema del cuerpo, dos nuevos aspectos muestran otras tantas dificultades del autor. Todo indica que no contempla que existen las psicosis, en plural, así como que no todas las psicosis presentan los mismos síntomas, y, en tercer lugar, que así es también respecto a algunos mecanismos psíquicos de su conformación. Una aproximación a esta cuestión precisa de alguna noción básica de clínica diferencial, concretamente de la psicosis paranoica respecto a las esquizofrenias. Tal vez esto hubiese evitado el desliz clínico que implica afirmar que todos los psicóticos tienen los mismos problemas con el cuerpo y que todos han perdido partes de su cuerpo y deliran tratando de recuperarlos. La novia de Frankenstein, película dirigida por James Whale, en 1935, y protagonizada por Boris Karloff (1887-1969) y Colin Clive (1900-1937), con la que se pretende ejemplificar este asunto, no sirve sino para alejar la verdad de la ficción, ya que este film recrea algo más que el ideal de belleza perdido en la infancia. Por otro lado, cómo olvidar que la esquizofrenia cenestésica, por razones relativas a un problema en la conformación de la imagen del yo en la mencionada fase del espejo, predominan los fenómenos neurovegetativos y las alucinaciones relativas al cuerpo, pues el paciente puede aseverar que siente un aro que le rodea la cabeza, que no se reconoce cuando se mira en el espejo, que se le pudre alguna parte del cuerpo o incluso que le falta este o aquel órgano.
La creatividad es otra de las cuestiones que interesan a Gustavo Martín. Pero Michel Foucault (1926-1984), a quien llama en su ayuda, no es la fuente adecuada. Mayores son los obstáculos para la comprensión de lo que intenta explicar por imponerse, quizá como tentativa de resolución, diferentes e inconexos asuntos. Lacan juega en ocasiones con las palabras, mas nunca por capricho, y si así fuese, sin duda sería disculpado por sus numerosas y siempre notables aportaciones al psicoanálisis en particular y a la cultura en general, aspectos que no se reconocen en la producción del filósofo francés. En realidad, no es lo mejor citar a Foucault en aquello de que la locura es la ausencia de obra. La locura, y sin necesidad de recurrir a James Joyce, a Jean-Jacques Rousseau (1712-1778), o a Vicent van Gogh (1853-1890), suele ser bastante productiva, sobre todo en el terreno artístico. No es menos conocido que la obra no supone la aceptación de la pérdida, contrariamente a lo que indica Gustavo Martín, ya que fundamentalmente se trata del intento, uno más entre los muchos ideados por el hombre, de recuperar el goce, de obturar la falta, que, como he indicado, es el motor de la creatividad. Habría que explicar que así es en el artista neurótico y en el sujeto supuesto normal. En el psicótico, por el contrario, no hay deseo de recuperación, no lo hay porque no hay falta, o más bien la falta es el mismo sujeto ya que lo recubre por identificación a la misma, y, por tanto, tampoco hay deseo; lo que hay en la psicosis es un punto de angustia en el Otro, y como consecuencia de la angustia el intento de representación e incluso de denuncia de lo Real. Lo bello en el arte, pero también la escenificación de lo abyecto, traumático y obsceno, notable en el Pop Art, ya sea determinado por una identificación secundaria o por razones de la propia estructura psíquica del artista, como acontece en la producción de connotaciones psicóticas de Warhol, Cindy Sherman, Andres Serrano, Robert Gober, Kiki Smith, Mike Kelley o Paul McCarthy, revela la pretensión de representar lo Real del goce, lo primigenio en la constitución humana, en la constitución de la subjetividad. En todos los casos, el arte, como el amor cortés, denuncia la imposibilidad de alcanzar el goce perdido, razón por la que además de ser la sublimación por excelencia de la pulsión, como acostumbran a recordar los clásicos, el arte no hace feliz al artista.
En la última cuestión que presenta Gustavo Martín, el convocado es el monstruo de Frankenstein, al que agrega el loco y un personaje no menos curioso, el psiquiatra anacoreta. Siguiendo una antigua costumbre en los escritores, relata una historia, en este caso la de esa terrorífica y a veces cómica criatura, a la que equipara en bondad al loco. Recuerda que el monstruo llega a la cabaña del anacoreta ciego, quien por no ver lo acoge, le da de comer, le hace escuchar música y le invita a fumar. Concluye diciendo que ese es el comportamiento –yo no digo todo el arte, aunque otros aseguran que es así, del psiquiatra– de los buenos psiquiatras; y que esos psiquiatras, pese a ser buenos, se alejan del loco, recogen sus poemas y dibujos y escriben libros sobre ellos. A esto tal vez habría que añadir: aportando poco o nada al conocimiento de la naturaleza humana y de sus afecciones psíquicas.
Girona – Zaragoza, febrero 2011
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Hola, quiero invitar a todos a visitar mi blog, que está activo desde febrero último. La dirección es: jmazamorwritings.wordpress.com y encontrarán en el algunos cuentos, artículos y guiuones que nunca se publicaron y otros que sí… Bueno, saludos y espero tenerlos de visita.
Julio Azamor
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Hola Laura,
Soy escritor y recorro mundo para seguir escribiendo. En la Página http://www.nicolasmeta.com.ar tienen libre acceso a libros de viaje, novelas, cuentos, fotos y actualizaciones semanales de nuevos relatos. Los invito a conocerla y conocerme.
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hola muy interesante su blog. soy una escritora novel novel y acabo de ponerme en marcha con mi blog les dejo el enlace para animarles a que s pasen y me lean.
http://laurachernandez.blogspot.com/
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Hola! me parece un blog muy interesante, a mi me apasiona escribir desde pequeña pero este mundo es complicado, aqui dejo mi enlace para que echeis un vistazo a mi forma de revivir las experiencias que encuentro.
http://eltinterodeunaescritoraamparodonaire.blogspot.com/
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Hola, represento a una pequeña editorial argentina (Córdoba) que ofrece sus servicios de edición e impresión a demanda.
Pueden visitarnos en http://www.symbolicus.jimdo.com
Saludos.
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Visiten mi Blog! Recién lo estoy creando pero tengo muchos cuentos cortos para ir publicando. Si les gusta alguno, no duden en comentarlo y si no, pues también. bienvenidoavillaterror.blogspot.com
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Esto está bastante bien, agregad también el mío please…
http://saganexo.blogspot.com/
🙂
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Pueden agregar mi blog:
http://jmazamorwritings.wordpress.com
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http://confesionesempaticas.blogspot.com.es/
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Bueno, no solo los mas jóvenes. Yo no lo soy, por cierto, y también lo hago. Creo que el problema es el difícil acceso a la publicación tradicional, debido a que las editoriales sólo ven el aspecto comercial.
Julio
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Saludos a todos. Buenos días. Soy ilustrador profesional y aficionado a la escritura. Os dejo enlace a mi blog, donde voy colgando ilustraciones y microrrelatos. Espero que os guste:
http://espiralesdetinta.blogspot.com.es/
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Los invito a visitar mi blog, todos los dias escribo un relato. Me apasiona.
…….»De mirada críptica y ajena, como cansado de realidad y del ajetreo, de las mascaras impersonales y mezquindades de la urbe, no me inspira malas sensaciones, ni su hosca apariencia vislumbra desmesurada malicia, tal vez padezca alguna fresca tragedia , o acaso sera la crisis de esa edad critica del descreimiento y de la frialdad, donde a veces imperan con insignificantes remordimientos nuestras siempre redundantes cárceles del ego»………http://danieldiezembuena.blogspot.com
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Es muy interesante para los escritores para renovar y siguen lo contemporáneo y soltar pluma sobre temas variados de la actualidad. Están combinando su labor literaria, tradicional, con la de blogueros ¡Me gusta mucho la idea! ¡Bravo! http://www.shoocare.es/codigo-de-descuento-pixmania-es-428.html
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Gente querida! si les gusta la lectura y la escritura tanto como a nosotros, no dejen de visitar http://www.plumasyespadas.com, les va a gustar mucho! También estamos en Facebook (Plumas y Espadas) y el Twitter (plumasyespadas0). Saludo grande a todos y gracias!
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Hola,espero puedan leer algo de lo que escribo, es un personaje que inventé. Espero sus críticas.
http://elpostigodecampeche.wordpress.com/2012/11/03/criticones/
PD: Muy buen Blog! Regresaré
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Hola. Gracias por la lista. Que bien. Recientemente comencé a publicar en mi blog los primeros capítulos de mi novela de ficción «Mañana humana», los invito a leerlos y dejarme sus impresiones, son importantes para mí. La dirección es http://jldalessandro.wordpress.com/, gracias. Jesús D’Alessandro
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os recomiendo la red anónima de Towmin HTMLpoint, 180 usuarios en dos meses de vida y sigue creciendo. Los relatos con sentimiendo están a la orden de las personas que se expresan en Towmin.
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Opino como alguno de los comentarios; que hay que dar cabida a aquellos que están empezando. Aún así, no he podido evitar guardarme alguno. Son muy buenos.
Si os apetece leer algo de principiantes… http://novelaparaelisa.blogspot.com.es/ Es una novela.
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Es verdad lo de los nuevos escritores, http://www.500mgdeeufemismo.blogspot.com
FACEBOOK: Claudio Lauberge
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hola os dejo aquí mi blog de escritura. Escribo relatos, historias, novelas y otras cosas de mi interés.
http://thenightisdarkndsweet.blogspot.com.es/
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Hola soy una aprendiz de escritor de Nicaragua, hace poco abrí mi blog: https://enestetiempoanfibioblog.wordpress.com/
Estaría encantada que leyeran mis pocas publicaciones y dejaran algún que otro comentario 🙂
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Hola soy una incipiente escritora uruguaya. Me encantaría que visitaran mi blog. Se llama Immortality.
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