Rebobine, por favorLa magia del cine. De eso trata la última película de Michael Gondry, Rebobine, por favor (Be kind, rewind), en la que dos amigos deciden volver a rodar las películas de un videoclub que accidentalmente borraron. Con sus remakes caseras de Cazafantasmas o Conduciendo a Miss Daisy, entre otros clásicos del cine moderno, los jóvenes, interpretados por un super histriónico Jack Black y el rapero Mos Def, obtienen un éxito apabullante e inesperado que devuelve la esperanza no solo al idealista dueño de la tienda de alquiler de VHS (Danny Glover) sino también a todo un barrio carente de sueños y cohesión.
No soy muy dada a comedias porque suelen decepcionarme o provocarme apenas una media sonrisa que al salir del cine se esfuma rápidamente junto con el recuerdo de los chistes fáciles y los gags remanidos. Rebobina por favor es una de las contadas excepciones que engrandecen a este difícil género. No sólo me hizo reir, y mucho, sino que además disfruté de la banda sonora (Gondry vuelve a colaborar con Jean-Michel Bernard), de las actuaciones (el acertadísimo reparto se completa con Mia Farrow y Melonie Díaz) y de las muchas lecturas que tiene la historia. Sobresale, a mi juicio, el homenaje y la reflexión sobre el increíble poder de fascinación, movilización y emoción que tiene el cine sobre los seres humanos. Tanto que se convierte en parte de nuestra propia biografía e incluso altera nuestra memoria y tornea nuestros anhelos. Tanto que nos apropiamos de las películas y algunos son capaces incluso de ‘asuecarlas’ y de disfrutar igual o más con esa versión libre que con la original. ¿Qué es ‘asuecar’ una película? Vean la de Gondry y hablaremos el mismo idioma.

Links:

Trailer de Rebobine, por favor (y algunas ‘suecadas’)
Ficha técnica de la película
A Sesión Discontinua también le pareció buena