Si bien llevo un tiempo vinculada al proyecto, recién ahora puedo contarlo abiertamente: me he incorporado a DixiMedia. La nueva empresa, conformada por ex propietarios de Recoletos, se propone crear el grupo de comunicación en castellano más importante en internet. Tiene lo fundamental para lograrlo: un sólido respaldo financiero y profesional y un proyecto original, funcional y solvente.

Estoy contentísima. Es el proyecto que más me ha motivado en los últimos años y estoy segura de que es el más interesante de todos los que están en desarrollo actualmente. En muchos puntos estar desde el inicio -aún somos unos pocos en redacción- me recuerda mi experiencia en el lanzamiento del diario Metro en Buenos Aires (donde fui su primera contratada y su jefa de Redacción). Pero aquí no hay fórmulas que repetir mecánicamente. En Dixi el espacio para la creatividad está garantizado, al igual que la confianza que demuestran sus responsables, con Mario Tascón, Vanessa Jiménez y Jorge Martín-Luengo (los tres ex Prisacom) a la cabeza, en su propia experiencia y en la profesionalidad de quienes integramos el equipo.

DixiMedia ha optado por una estrategia muy bien planificada y pensada. La avanzadilla es el blog sobre medios, comunicación y tendencias 233grados, que ya está en marcha y ocupa mis días, y la Practicopedia, que será lanzada en breve.

Como todo proyecto que se inicia éste acapara gran parte de mi tiempo y desvelos, lo cual incide negativamente en mis blogs personales y en mi vida social y personal (aunque no es queja, «sarna con gusto no pica»). Pero también me está permitiendo poner en práctica todos los conocimientos que he adquirido últimamente en el mundo digital y encontrarle el punto a la jugosa mezcla entre periodismo y tecnología.

La reconversión profesional está pillando a muchos colegas como una ola brava que se les echa encima y les obliga a dar brazadas desesperadas (algunos incluso intentan nadar contra la corriente). Yo, sin embargo, creo que se trata de una ocasión única, e histórica, de vivir una profunda transformación del periodismo debido a la irrupción de nuevas herramientas y medios. Un cambio que afecta ya en mayor o menor medida a todos los ámbitos de la vida, pero que en nuestro caso particular es total e impostergable. Y, como todas las revoluciones, ésta también supone una explosión de oportunidades que hay que saber aprovechar y valorar.

La resistencia es inútil.