Lo mejor que tiene Eurovisión (¿o lo único?) es que te hace tomar conciencia de lo que es realmente Europa. De su tamaño, su diversidad cultural, sus divisiones internas, sus no muy numerosos puntos de contacto y su tremendo desconocimiento acerca de sí misma. El concurso anual de música que enfrenta a candidatos de diferentes países europeos es, además de un concierto entre esperpéntico y folclórico, un apurado recuento de Estados que la mayor parte del tiempo olvidamos que existen y de los que no sabemos casi nada fuera de su ubicación geográfica (de algunos ni siquiera eso, que los ex soviéticos parecen entremezclarse en el mapa que guardamos en la mente). Algo parecido sentí durante el encuentro de periodistas y bloggers organizado por el European Journalism Centre (EJC) en Bruselas hace dos semanas.
Acudimos tres representantes de cada país europeo, algunos de ellos estudiantes y la mayoría profesionales jóvenes en activo. La reunión tuvo como objetivo acercarnos a la realidad europea transnacional y hacernos conocer el Parlamento europeo, que tiene sede en la capital belga y donde pasamos todo un día (el primero fue de conferencias sobre periodismo y blogs) viendo su funcionamiento general y particular de las áreas de Prensa, Internet y Comunicación.
Fue una invitación interesada (pocas no lo son). En junio se celebrarán las elecciones al Parlamento europeo y los periodistas somos el primer eslabón de la campaña informativa que desarrolla el organismo. Pero además se buscó que todos fuéramos bloggers. Y es que las nuevas formas de hacer política (y si no, vean a Obama) tienen en internet una plataforma valiosísima para ampliar su campo de acción y conseguir un diálogo directo con los votantes. Para la Unión Europea la Red puede convertirse en una herramienta inigualable para el conocimiento mutuo entre sus integrantes y la deseada unión de corazones.
Este encuentro también sirvió de acto de lanzamiento de Think About It, un concurso de blogs sobre las elecciones que realiza el EJC y del que participamos como autores invitados todos los que estuvimos en Bruselas. Vamos a escribir, cada uno desde su perspectiva local y personal, sobre el proceso electoral y sobre los temas que nos preocupan a nivel europeo. La gente puede leer, y votar, en la página web del certamen.
Un tema importante, y que generó muchos debates entre nosotros por las desigualdades evidentes (hay países donde la educación es bilingüe) y por los problemas que supone para llegar a nuestros lectores nacionales, es que todos debemos escribir en inglés. Es el idioma que habla la Unión Europea para poder entenderse por encima de las 23 lenguas que utilizan sus 27 Estados miembros. Yo lo comprobé en Bruselas, donde hasta las charlas de pasillo eran en inglés, ya que no había otra forma de poner en común las ideas cuando, por ejemplo, nos reuníamos en torno a un café colegas de Estonia, Portugal, Luxemburgo, Malta, Chipre, Italia y Noruega.
Todos nos fuimos con muchos conocimientos y experiencias que procesar y con una conclusión que parecía -a juzgar por lo que pudimos hablar varios hacia el final- mayoritaria: qué poco sabemos el uno del otro y acerca del trabajo que hacen nuestros representantes europeos, de lo que se discute y decide en la Unión para todos nosotros. Qué cerca y qué lejos estamos todavía.
Mientras tanto…
- Participé en otro programa de los Enredados, esta vez debatiendo sobre integración o separación de redacciones (de papel y digital de un mismo medio).
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- Fui a ver la obra 4.48 Psicosis al Teatro Fernán Gómez, de Madrid, protagonizada por la actriz argentina Leonor Manso. La pieza es de Sarah Kane, una autora atormentada y compleja que deja en este texto su testimonio desgarrador sobre la depresión y el suicidio. La obra es -a todas luces, en forma adrede- pesada, monotemática, arrítmica y desnuda de todo adorno y distracción. Para mi concepción bastante burguesa del teatro, demasiado. Está en cartel hasta el 22 de febrero.
En mi último año de instituto, 1996, tuve la oportunidad de disfrutar de una beca gracias a La Casa de Europa que me llevó una semana a Atenas a convivir con más jóvenes estudiantes. El objetivo era discutir sobre el presente y futuro de la UE desde nuestra aún-casi-adolescente perspectiva. La moneda única iba a ser el gran hito y fue realmente interesante observar la energía de los euroentusiastas que nos rodeaban y que apostaba a largo plazo por un estado federal europeo. Más de una década después y uan vez vividos los traspiés (por ser políticamente correcta) de la Constitución Europea me asaltan las dudas sobre la repercusión que puedan tener las próximas eleciones europeas y la efectividad que se pueda conseguir en la red. A lo que hay que sumar que el idioma utilizado, el inglés, es el del mayor euroescéptico de La Unión.
Otra de las barreras que van a tener que superar los próximos comicios es la de la crisis económica ya que las dificultades no están propiciando eso de ‘la unión hace la fuerza’ sino más bien aquello de ‘sálvese quien pueda’ y ‘*%&xx el último’ .
Francamente, tengo muchas ganas de conocer el resultado de Think about it, y espero que se obtengan claras concluiones sobre el europeismo, sobre el periodismo y sobre los dos revueltos.
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¿Habrá habido muchas diferencias entre la puesta en escena de 4.8 Psicosis que viste en España y la que vi, a mediados de 2006, en Argentina? ¿También estuvo a cargo del argentino Luciano Cáceres? Pregunto porque la obra me pareció muy, muy buena.
Saludos, Laura. 😉
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Muy interesante tú relato, servirá a otros también enterarnos qué se ‘cuece’ en el Parlamento Europeo … como latinoamericano me sorprendo a diario ver el desconocimiento (como bien vos decís) que tiene mucha gente aqui en Europa sobre sus vecinos y la enorme rivalidad, envidia y antipatías que se tienen …
Hace unos meses aqui en Paris, quise inscribirme con un grupo que se reunen para ‘practicar’ el francés, toda gente obviamente extranjera viviendo aqui. Pero ni bien iniciada la ronda de presentaciones (siendo yo el ‘exótico’ por ser argentino), una joven suiza comentó que habia vivido unos meses en Londres, otros meses en Barcelona y ahora lo haría en Paris. Dicho ésto la gente del grupo le comenta: «Ohhhh cuánto has viajado, cuánto has aprendido de otras culturas …» y yo no lo podía creer, pues si viajar y aprender de otras culturas es nunca haber salido de Europa, y encima de tres capitales hiper conocidas, qué se podía esperar del conocimiento de éstas personas sobre el resto del continente o más allá de las fronteras de éste mundo ‘occidental y cristiano’?
Obviamente jamás volví a aparecer por allí …
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Quina: Es cierto! Se me olvidó mencionar lo de la crisis. Fue la palabra común en Bruselas y yo también percibí, en el Parlamento, que está provocando desunión por lo que comentas.
Spectatrice: Esta es la prueba de que dos personas pueden tener opiniones enfrentadas sobre un mismo tema, o una misma obra…
Gustavo: Hay de todo, como en botica. Igualmente las rivalidades entre vecinos también se dan entre los pueblos más pequeños y olvidados. Y el mejor antídoto para todo es viajar, viajar.
Saludos!
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no parás Laura! qué suerte poder tener esas oportunidades de encuentro, ya que muchas veces aquí en una ciudad (de tamaño mediano) española siento que vivo en un pueblo, no tanto por las dimensiones sino por esa mentalidad de terruño en la que los países de Europa del Este sólo existen en las chicas que limpian las casas, o el Norte de África se ve por los inmigrantes (percibidos de manera muy negativa en estoas días, dicho sea de paso). es difícil lograr que la gente se interese por algo tan trivial como aprender otro idioma (por no pedirles que si viajan salgan del circuito turístico o vayan más allá de un barceló en Punta Cana)… tuviste esa sensación alguna vez?
saludos,
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Claro, Laura. En realidad, mi pregunta apuntaba a la posibilidad de que hubieras visto otra puesta en escena, a cargo de otro director…
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Si, por eso, Spectatrice! Es el mismo director y me parece que la misma puesta. Pero me temo que yo soy muy poco «arriesgada» para el teatro y a mí me resultó demasiado pesada la obra. En fin, sobre gustos…:-)
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