Sí, el cuerpo y la mente aguantan los saltos oceánicos, emocionales y climáticos. Lo que no consiguen comprender, por mucho que se repita, es lo rápido que pasa todo. Esta aceleración cada vez más evidente tiene como lado positivo que lentamente aprendo a -entreno para- ser un poquito menos ansiosa. Todo llega y todo pasa (y yo caigo irremediablemente en la frase hecha). Así que como resumen ya bastante atrasado diré que mi visita a Argentina fue intensa, reconfortante, divertida, ocupadísima y hasta tuvo alguna sorpresa. Y que Buenos Aires en verano (hace muchos años que no veía más que su cara invernal) es otra ciudad, más despreocupada, más bohemia, menos pesimista.
Llevo más de un mes de vuelta en Madrid, con pocas ganas de actualizar el blog como es notorio. Aquí los días de nieve, lluvia y frío se suceden sin cortes y este clima me quita las ganas casi para todo. Cuento las semanas para la primavera. Y mientras tanto trabajo, voy al cine (Invictus fue la última, soy absolutamente fiel a mi cita anual, nunca decepcionante, con Clint Eastwood), retomo el ansia por Lost, vislumbro grandísimos cambios y comienzo a prepararme para ellos, despido a muy buenos amigos que se van muy lejos, me compro por primera vez una super tele plana y leo los cuentos de mi compatriota Patricio Pron.
Bueinas…
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Laura,
La frase todo llega y todo pasa tambien se ha convertido para mi, en una frase de cabecera. Y quizas sea porque tenemos en comun haber vivido ( y vos todavia lo haces) fuera de nuestro pais. Yo estuve en Canada casi 5 años, y añoraba y mucho, Argentina. Ahora hace dos años que volvi y no puedo creer lo rapido que pasó el tiempo. Y el haber vivido en Canada parece casi un sueño, algo irreal, algo tan lejano…. Y lo que he aprendido es disfrutar cada momento y cada cosa que me toca vivir, y como vos decis, no ponerme ansiosa, porque todo llega y todo pasa. Y tengo miles de ejemplos donde lo he aplicado. Hace poco mi hermana tuvo un bebe prematuro que estuvo casi dos meses en incubadora. Gracias a Dios el bebe estaba perfecto de salud, solo tenia que crecer. Yo le decia: tranquila, todo llega y todo pasa… cuando te quieras dar cuenta vas a estar en tu casa disfrutando a tu bebe y ese momento ya llego y el otro momento, ya pasó; otro ejemplo es cuando uno se pone ansiosa por las vacaciones…. todo llega y todo pasa… y es lindo tambien disfrutar las visperas…
Con respecto al invierno… si he pasado largos y frios inviernos en Canada!!! todo llega y todo pasa, y es lindo disfrutar de la vida que uno hace en el invierno, puertas adentro, en familia, peliculas, mates, sopas calentitas… todo tiene su parte linda… Ademas en BA no existe el invierno y aunque no lo creas añoro esos momentos en Canada!
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Cuanta nostalgia en tus palabras…
cuanta poesía la vez…
Un saludo desde la calurosa Santa Fe, Argentina
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¡Brrrr…! ¡Qué frío y yo sin calefacción…!
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Laura: creo que esa sensación de que todo pasa muy rápido también se experimenta aunque vivas en el mismo país en el que naciste. Mi impresión personal es que, especialmente, a nuestra edad, es cuando empiezas a ser consciente de ello por primera vez con alta intensidad. Tal vez sea porque nos encontramos en el «presente»… ese limbo que nos hemos acostumbrado a despreciar y que parece que nunca llega. Nos educaron mirando hacia el futuro, pensando lo que haríamos de mayores, a qué dedicaríamos nuestra vida… Nos hemos acostumbrado a funcionar al ritmo de nuestros proyectos: una agenda que marca lo que estaremos haciendo dentro de un mes, de una semana… Somos una sociedad planificadora que premia la anticipación y a los visionarios que son capaces de sugerirnos qué vendrá después.
Por eso yo hace un par de años que inicié un reto personal basado en aprender a vivir el presente. Suena muy obvio pero cuando te pones a ello descubres que, como casi todo lo que lo es, no resulta fácil. Pero merece la pena, ya que el sabor que se obtiene de pensar solo en hoy, en aquí y ahora, hace que cada minuto merezca la pena y que en medio del invierno más frío y más gris, esté todo lleno de luz.
Para mí, por ejemplo, este es uno de los inviernos más calurosos que recuerdo… porque no he sentido frío ni un entorno desapacible. Tal vez he empezado a habitar el ahora.
Un abrazo.
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EY!! nos tenias abandonados, retoma tus escritos por acá que los leemos che!!
Vi la postal de campo y me trasladó a ese momento, sacando la cámara por la ventana para capturarla!
El tiempo siempre me ha inquietado, el paso tan rápido, mejor dicho.
Si el presente!!! el presente y nada más!! cuanto trabajo por hacer para vivirlo y no pensar en el futuro ni aferrarse al pasado.
Besos!!
(no vi Lost todavia!!)
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