Muchas veces se ha dicho que no hay nada tan complicado como hacer reir. La comedia transita la peligrosa senda del humor, ese escurridizo, cambiante y volátil estado de ánimo que lo mismo se manifiesta mediante una explosión de carcajadas aprobatorias y cómplices que pisotea con acierto las fibras sensibles del buen gusto o se diluye en la indiferencia más agria. Por eso, cuando uno asiste a una función de teatro con comedia de la buena, la que hace reir y entretiene, sale doblemente recompensado: por la risa y por el acierto.
Esa fue, sin duda, la sensación que acompañó a la mayoría de los asistentes al estreno ayer de «En la boca del lobo», en el Teatro Alfil (sala madrileña que confirma, día a día, su apuesta por las compañías independientes y en especial por el difícil arte cómico).
La obra está basada en la gran capacidad interpretativa e histriónica de sus protagonistas: José Luis García-Pérez y José María Peña, ambos con una larga trayectoria a sus espaldas e integrantes de la compañia Digo Digo Teatro. Están dirigidos por Juan Carlos Sánchez y entre los tres, y con muy poco más que un escenario y las luces, se arreglan para cautivar al público hablando de teatro, del hombre y la mujer, del cambio de siglo, del amor y el desamor…en definitiva, del ser humano, sus conflictos y contradicciones.
Por cierto, en el estreno de ayer estuvieron presentes varios actores y directores (Belén Rueda, Paco Tous y Benito Zambrano, entre otros), que no quisieron dejar de dar la bienvenida a una nueva apuesta de estos hombres de oficio y prestigio en las tablas.

La obra estará en cartelera hasta el 29 de mayo. Única función: martes a las 22,30.